Dormir en Las Tierras Devastadas.

Dormir en Las Tierras Devastadas.
¿Quién Dijo Que El Infierno No Podía Ser Bello?

dimecres, 3 d’agost del 2011

Abandonado a su suerte

ATENCIÓN: Incesto/Violencia. Si no estás preparado para ninguna de esas dos cosas, ni se te ocurra leerlo. Disfrutadlo, y comentad ;).


Una extraña sensación recorría la espina dorsal de Faramir, mientras se revolvió como un pequeño ratón en su mullida cama de azul y plata. Podía oír como unos pasos firmes y decadentes se acercaban sigilosamente a su habitación, sabiendo lo que aquello conllevaba. Cerró los ojos verdes realmente asustado, y no evitó que una lágrima cayera por su lacrimal parando directamente en sus labios temblorosos.

Ni si quiera el frío invernal y penetrante que arreciaba en Gondor por las épocas de crudo invierno era capaz de frenar aquellos pasos. Ni el viento más fuerte y poderoso, capaz de derribar montañas enteras y disipar los fuegos de Mordor, podía parar aquel hombre ni sus oscuras intenciones. El joven capitán se levantó de su cama con prisa, e intentó buscar desesperado una salida de la habitación. Se acercó al balcón abierto, donde yacía un rocío y una calmas tan frías y susurrantes como la misma ciudad que dormía plácidamente.

Dormían, algo que Faramir desconocía desde hacía mucho tiempo, pues ninguna de sus noches desde hacía años había sido tranquila y apaciguada. Atemorizado, oyó como los ominosos pasos se paraban delante de la puerta de su habitación, y que esta comenzaba a chirriar con ansia. La puerta se abrió despacio, y Faramir pudo ver la luz titilante de un candelabro que inundaba las paredes de una luz tenebrosa.

Odiaba aquella voz por encima de todo, y aún así no podía desprenderse de ella. Se agarró fuertemente a la barandilla de piedra del balcón, y unos pensamientos de suicidio pasaron por su cabeza. Miró abajo, hacia el patio blanco de Minas Tirith y donde se encontraba el árbol seco de Gondor, y sólo por el recuerdo fugaz de su hermano en su memoria no se lanzó en el vacio hayando la muerte a más de cien metros de altura. Pero lo deseaba, deseaba por encima de todas las cosas en el mundo arrojarse al vacio y acabar con aquel sufrimiento.

Aunque no era tan valiente, y acabaría sucumbiendo ante los designios de su cruel destino, y ante los mandatos de el hombre que tenía delante.

Y el hombre que estaba de cada vez más cerca de él era como un cuervo. Portador de malas nuevas, y de una voz grave y penetrante, vestía con unos hábitos y túnica negras como la noche oscura y tristes como las canciones de antaño. Pero no había belleza en ese porte, sólo dolor y amargura que transpasaba a los que estaban a su alrededor, haciéndolos enloquecer hasta la muerte. Antaño fue un hombre de honor, de cargos políticos altos y de fe firme con su pueblo, pero ahora ya sólo era un viejo corrupto y demente, que dejaba arrastrar su voluntad hasta los más asquerosos deseos pasionales.

Ese era el Senescal de Gondor, el Senescal de Minas Tirith. Denethor, hijo de Ecthelion, completamente macabro y sumido en la más profunda miseria de corazón.

La luz de las velas marcó el rostro de Denethor en tinieblas, haciendo que Faramir se encogiera de angustia. El hombre encorvado y cuervo de la tempestad observó a su hijo en la penumbra, su rostro pasando de la dulzura a la ira sin control.

El padre se acercó a su hijo, y aunque este último intentó escapar, estaba tan acorralado en el balcón que notó el frío aire y el vacio de la altura arremolinarse en su espalda poniéndole los pelos de punta. Sentía puro terror, tan aterrado estaba que no podía moverse, y por años largos juró que su padre había sido encantado por un hechizo provocado por el mismo Sauron, pues nisiquiera el Ojo del enemigo le provocaba tanto miedo como su padre en las largas noches.

-Padre, ¡Basta, basta, por Boromir! ¡BASTA!-

Pero de nada servía chillar o pedir auxilio. Con fuerza, Denethor alzó el brazo y dio un golpe con el candelabro a Faramir, que trastabilleó y cayó en el suelo medio inconsciente con la vista borrosa y los sentidos apagados. Gateó por el suelo, con el pelo largo suave ahora revuelto y sucio, con las ropas desgarrándose en el suelo y lleno de heridas y de moratones por todo su perfecto cuerpo.

-No vuelvas a mencionar a mi hijo verdadero. Tú sólo eres un pobre desgraciado que nunca tendría que haber nacido, el cual habría hecho esto contigo desde el día que naciste, y ni dejar que te acercases a mi amado Boromir. Oh, Boromir, mi hijo más amado y querido...¿Por qué debe amarte más a ti? ¿Por qué no puede venir a mi lecho como lo hace siempre contigo, mientras en mi ruina os oigo jadear y gemir de placer?. ¿Quieres gemir de placer, eh, como él te lo hacía? -Agarró el pelo de Faramir y lo estiró hacia arriba, provocándole un daño terrible- Pues lo harás. Pero esta vez todo Minas Tirith oirá tus gritos desesperados de angustia y dolor, mientras yo clavo mi polla en maltecho y asqueroso culo.

Y así, era como le gustaba tener a las presas las cuales se iba a follar. Arruinadas y arrastrándose por el suelo como simples gusanos. Denethor volvió a golpear a su hijo, esta vez en la cara, y con el anillo le hizo un corte pequeño en sonrosada mejilla.

Brotó sangre de la herida, pero no era comparada con las lágrimas innumerables que caían en el piso una y otra vez como la lluvia.

-La zorra más grande que ha visto esta tierra por muchas edades. Sucia, servil y quejumbrosa, como las fantasías más prohibidas de los hombres-.

Y con esas sucias palabras se lanzó encima de Faramir aplastándolo con su peso y tomándolo como un ser cualquiera allí mismo, en el suelo del balcón. La pobre criatura, antaño inocente y juguetona, se había convertido en un trozo de carne para su señor. Ahora él le hacía decir cosas espantosas, cosas que nunca antes había oído en boca de nadie.

Y mientras notaba el enorme miembro de su padre quemándole las entrañas una y otra vez, haciendole sangrar y gritar en cada embestida, miró a la luna con los ojos rojos. Al menos, esa belleza no había sido empañada por la negra marca de Mordor.

4 comentaris:

  1. Denethor deserves to die!! Es la peste. Prefiero a un Nazgul antes que a Denethor. Va de guay por la vida despreciando a su hijo... Asco de padre.

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  2. Jjajajaja Baucelion sabía que odiarías con creces a nuestro querido amiguito!!! La verdad es que es lo más asqueroso que existe este hombre!!!

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